lunes, 7 de junio de 2010

Estilo

Si bien hay ciertos aspectos que casi siempre los lectores pueden esperar encontrar en la obra de García Márquez, como el humor, no hay un estilo claro y predeterminado, de plantilla. En una entrevista con Marlise Simons, García Márquez señaló:
"En todos los libros que tratan de hacer un camino diferente [...]. Uno no elige el estilo. Usted puede investigar y tratar de descubrir cuál es el mejor estilo para lo que sería un tema. Pero el estilo está determinado por el tema, por el estado de ánimo de los tiempos. Si trata de usar algo que no se adecua, simplemente no funcionará. A continuación, los críticos, en torno a construir teorías, ven las cosas que yo no había visto. Sólo responden a nuestra forma de vida, la vida del Caribe".

García Márquez también es conocido por dejar fuera detalles aparentemente importantes y eventos de manera que el lector se ve obligado en un rol más participativo en la historia desarrollada. Por ejemplo, en El coronel no tiene quien le escriba los personajes principales no se dan nombres. Esta práctica se ve influida por las tragedias griegas, como Antígona y Edipo rey, en el que ocurren eventos importantes fuera de la etapa y se dejan a la imaginación del público.

Temas Importantes

Soledad

El tema de la soledad atraviesa gran parte de las obras de García Márquez. Pelayo observa cómo "El amor en los tiempos del cólera, como todos los trabajos de Gabriel García Márquez, explora la soledad de la persona y de la especie humana ... retrato a través de la soledad del amor y de estar en amor".


En respuesta a la pregunta de Plinio Apuleyo: "Si la soledad es el tema de todos sus libros ¿dónde debemos buscar las raíces de este exceso? ¿En su infancia tal vez?" García Márquez respondió: "Creo que es un problema que todo el mundo tiene. Toda persona tiene su propia forma y los medios de expresar la misma. La sensación impregna la labor de tantos escritores, aunque algunos de ellos pueden expresar lo inconsciente".


En su discurso de aceptación del Premio Nobel, "La soledad de América Latina", se refiere a este tema de la soledad relacionado con América Latina: "La interpretación de nuestra realidad a través de los patrones, no los nuestros, sólo sirve para hacernos cada vez más desconocidos, cada vez menos libres, cada vez más solitarios."

Macondo

Otro tema importante en la obra de García Márquez es la invención de la aldea que él llama Macondo. Él usa su ciudad natal de Aracataca, Colombia, como una referencia geográfica para crear esta ciudad imaginaria, pero la representación del pueblo no se limita a esta área específica. García Márquez comparte, "Macondo no es tanto un lugar como un estado de ánimo." Aun cuando sus historias no tienen lugar en Macondo, a menudo hay todavía una falta de especificidad en consonancia con la ubicación. Así, mientras que a menudo se "de una costa Caribe y Andina un interior ... no especificado de otra manera, de acuerdo con García Márquez del evidente intento de captura de un mito más generales regionales en lugar de dar un análisis político". "Este pueblo de ficción se ha convertido en notoriamente conocido en el mundo literario" y "su geografía y los habitantes constantemente invocada por los profesores, los políticos, y agentes... "lo hace" ... difícil de creer que es una pura invención." En La Hojarasca García Márquez describe la realidad del auge del banano en Macondo, que incluyen un período aparante de "gran riqueza" durante la presencia de empresas de los Estados Unidos. y un período de depresión con la salida de las empresas norteamericanas relacionadas con el banano. Además, Cien años de soledad se lleva a cabo en Macondo y narra la historia completa de esta ciudad ficticia desde su fundación hasta su desaparición con el último Buendia.


En su autobiografía, García Márquez explica su fascinación por la palabra y el concepto Macondo cuando describe un viaje que hizo con su madre de vuelta a Aracataca:
"El tren se detuvo en una estación que no tenía ciudad, y un rato más tarde pasó la única plantación de banano a lo largo de la ruta que tenía su nombre escrito en la puerta: Macondo. Esta palabra ha atraído mi atención desde que los primeros viajes que había hecho con mi abuelo, pero sólo he descubierto como un adulto que me gustaba su resonancia poética. Nunca he oído decir, y ni siquiera me pregunto lo que significa...me ocurrió al leer en una enciclopedia que se trata de un árbol tropical parecido a la Ceiba"

Según algunos académicos, Macondo- la ciudad fundada por José Arcadio Buendía en Cien años de soledad- solamente existe como resultado del lenguaje. La creación de Macondo es totalmente condicionada a la existencia de la palabra escrita. La palabra -como instrumento de comunicación- se manifiesta la realidad, y permite al hombre de lograr una unión con circunstancias independientes de su entorno inmediato.

Violencia y cultura

En varias de las obras de García Márquez, entre ellas El coronel no tiene quien le escriba, La mala hora y La Hojarasca, hay sutiles referencias sobre "La Violencia", esa guerra civil entre conservadores y liberales que se prolongó hasta la década de 1960, causando la muerte de varios cientos de miles de colombianos. Son referencias a situaciones injustas que viven diversos personajes, como por ejemplo el toque de queda o la censura de prensa. La mala hora, que no es una de las novelas más famosas de García Márquez, destaca por su representación de la violencia con una imagen fragmentada de la desintegración social provocada por la violencia. Se puede decir que en estas obras "la violencia se convierte en cuento, a través de la aparente inutilidad de tantos episodios de sangre y muerte".

Sin embargo, aunque García Márquez describe la naturaleza corrupta y las injusticias de esa época de la Violencia en Colombia, se niega a usar su trabajo como una plataforma de propaganda política. "Para él, el deber del escritor revolucionario es escribir bien, y el ideal es una novela que mueve al lector por su contenido político y social, y al mismo tiempo por su poder para penetrar en la realidad y exponer su otra cara".

En las obras de García Márquez se puede encontrar también una "obsesión por captar la identidad cultural latinoamericana y particularizar los rasgos del mundo caribeño".[59] Así mismo, trata de deconstruir las normas sociales que establecidas en esta parte del mundo. Como ejemplo, el carácter de Meme en Cien años de soledad puede ser visto como una herramienta para criticar las convenciones y prejuicios de la sociedad. En este caso, ella no conforma a la ley convencional que “las jóvenes deben llegar vírgenes al matrimonio” porque ha tenido una relación ilícita con Mauricio Babilonia[35] . Se puede ver otro ejemplo de esta crítica de las normas sociales a través de la relación amorosa entre Petra Cotes y Aureliano Segundo. Al final de la obra -cuando ellos son viejos- se enamoran más profundamente que antes. Así, García Márquez está criticando la imagen mostrada por la sociedad de que “los viejos no pueden amar”.

No hay comentarios: