lunes, 7 de junio de 2010

Actividad política

En 1983, cuando se le preguntó a Gabriel García Márquez: “¿Es usted comunista?” Le respondió: “Por supuesto que no. No lo soy ni lo he sido nunca. Ni tampoco he formado parte de ningún partido político.” García Márquez contó a su amigo Plinio Mendoza: “Quiero que el mundo sea socialista y creo que tarde o temprano lo será.” Según Ángel Esteban y Stéphanie Panichelli, “Gabo entiende por socialismo un sistema de “progreso, libertad e igualdad relativa” donde saber es además de un derecho, un izquierda.” García Márquez ha viajado a muchos países comunistas como Polonia, Checoslovaquia, Alemania del Este, la Unión Soviética, Hungría, y después escribió algunos artículos, mostrando su “desacuerdo con lo que allí ocurría.” Gabriel ha dicho: “Yo sigo creyendo que el socialismo es una posibilidad real, que es la buena solución para América Latina, y que hay que tener una militancia más activa.”

Una agencia de prensa “Prensa Latina” (también conocido como Prela) fue formado después del comienzo de la revolución cubana para informar sobre los acontecimientos en Cuba. Gabriel García Márquez fue parte de esta agencia y se mudó con su familia a Bogotá.[83] Allí “tenía que informar objetivamente sobre la realidad colombiana y difundir a la vez noticias sobre Cuba. Su trabajo consistía en escribir y enviar noticias a La Habana. Era la primera vez que García Márquez hacia periodismo verdaderamente político.”[84] Con su amigo Apuleyo Mendoza, Gabo creó otra revista política “Acción Liberal” después de Prela terminó.

García Marquez participó como mediador en las conversaciones de paz adelantadas entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el gobierno colombiano que tuvieron lugar en Cuba; igualmente participó en el proceso de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y la guerrilla de las FARC que sin embargo fracasó.

También brindó su apoyo y se unió a la amplia lista de prominentes figuras de América Latina que han manifestado su apoyo a la independencia de Puerto Rico, a través de su adhesión a la Proclama de Panamá aprobada por unanimidad en el Congreso Latinoamericano y Caribeño por la Independencia de Puerto Rico, celebrado en Panamá en noviembre de 2006. Entre los autores que dieron su apoyo inequívoco al derecho de Puerto Rico a ejercer su derecho a la plena descolonización y libre determinación, se encuentran las siguientes figuras, cuyo reconocimiento es de talla mundial: Pablo Armando Fernández, Ernesto Sabato, Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Thiago de Mello, Frei Betto, Carlos Monsiváis, Pablo Milanés, Ana Lydia Vega, Mayra Montero y Luis Rafael Sánchez.

Gabriel García Márquez conoció a Fidel Castro por la primera vez en enero de 1959 y varias veces después cuando García Márquez estaba trabajando por Prensa Latina y viviendo en la Habana. Pero su amistad no formó durante esta época pero después.[87] Después de conocer a Castro, “Gabo estaba convencido de que el líder cubano era diferente a los caudillos, héroes, dictadores o canallas que habían pululado por la historia de Latinoamérica desde el siglo XIX, e intuía que solo a través de él esa revolución, todavía joven, podría cosechar frutos en el resto de los países americanos.”

Según Panichelli y Esteban, “Ejercer un poder es uno de los placeres mas reconfortantes que el hombre puede sentir,” y ellos piensan que eso es el caso con García Márquez “hasta una edad madura.” Por eso, se ha cuestionado la amistad entre García Márquez y Castro y si es un resultado de la admiración de García Márquez por el poder. Jorge Ricardo Masetti, guerrilla y periodista argentino, piensa que Gabriel García Márquez “Es un hombre a quien le gusta estar en la cocina del poder.” Autor Cesar Leante escribe en su libro que García Márquez tiene algo de obsesión con los caudillos latinoamericanos. También dice que “El apoyo incondicional de García Márquez a Fidel Castro –indica- cae en buena parte dentro del campo psicoanalítico […] cual es la admiración que el criador del Patriarca ha sentido, siempre y desmesuradamente, por los caudillos latinoamericanos brotados de las montoneras. Verbigracia, el coronel Aureliano Buendía, pero sobre todo el innominado dictador caribeño que como Fidel Castro envejece en el poder.” Leante divulga que “Es considerado en Cuba como una especie de ministro de cultura, jefe de cinematografía y embajador plenipotenciario, no del Ministerio de Relaciones Exteriores, sino directamente de Castro, que lo emplea para misiones delicadas y confidenciales que no encarga a su diplomacia.” También Gabriel García Márquez se ha llamado “un mensajero político” por Luis Cebrián en uno de sus artículos.

García Márquez siente una "enorme fascinación por el poder". "Él ha querido ser siempre testigo del poder y es justo decir que esa fascinación no es gratuita, sino que persigue determinados objetivos", según el británico Gerald Martin, quien publicó en 2008 la "primera biografía autorizada" del novelista. En ella menciona que muchos consideran como excesiva su proximidad al líder cubano Fidel Castro, Martin recuerda que también "se ha relacionado con el ex presidente del Gobierno español Felipe González o con el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton, pero "todo el mundo se fija sólo en su relación con Castro". "Él es amigo de Castro, pero no creo que sea partidario del sistema, porque nosotros visitamos el mundo comunista y quedamos muy desencantados", según el diplomático, periodista, biógrafo y compadre del Nobel, Plinio Apuleyo Mendoza.
La política en sus obras

La politica tambien desempeña un papel importante en las obras de Garcia Marquez. Él Utiliza sus obras como representaciones de varias tipas de sociedades con diferentes formas políticas para presentar sus opiniones y creencias con ejemplos concretos, aunque sean ejemplos ficticios. Por ejemplo, en su obra Cien años de soledad tenemos la representación de un lugar “donde no existe todavía un poder político consolidado y no hay, por lo tanto, ley en el sentido de precepto votado por el Congreso y sancionado por el Presidente, que regule las relaciones entre los hombres, entre éstos y el poder público y la constitución y funcionamiento de este poder”. Por contraste, la representación del sistema política en El otoño del patriarca es sobre un lugar donde hay una dictadura, en la cual el líder es tan “grotesco, corrupto y sanguinario, ‘cuyo poder era tan grande que alguna vez preguntó qué horas son y le habían contestado las que usted ordene, mi general’”. Las varias maneras en que García Márquez representa al poder político puede mostrar la presencia de la política en sus obras. Una conclusión que puede ser derivada de sus obras es que “la política puede extenderse más allá o más acá de las instituciones propias del poder político".

La segunda novela de García Márquez es La mala hora que no fue publicada hasta años despues de su escritura. La razón por la cual su publicación fue retrasada hasta 1966 puede haber sido su referencia a la dictadura de Rojas Pinilla. Esta obra representa la tensión política y la opresión en un pueblo rural, cuyo habitantes aspiran a la libertad y la justicia pero sin éxito en conseguir ninguna de las dos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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